Conspiración Edad Media

La Edad Media es un periodo histórico que se destaca fácilmente por una amplia variedad de cosas. Entre ellas están la caballería, Carlomagno, el ascenso de la cristiandad moderna y por NO HABER EXISTIDO.

Según varios teóricos de la conspiración, por lo menos, es así.

Sé lo que estás pensando.

Seguro te preguntarás: “Pero Syntroth, ¡que la Edad Media no haya existido y todo haya sido un invento del marketing tiene que ser la peor teoría de la conspiración hasta ahora!”… A lo que yo tendría que ladear la cabeza, mirar hacia el horizonte, y recordarte que hay quienes piensan que las galletas Oreo contienen mensajes cifrados luciferinos. Lo cual puedes leer aquí, o en este post que hice en Instagram.

Volviendo al tema, hoy analizaremos una “teoría” tan ambiciosa como pocas y tan tristemente descabellada como muchas otras. Hoy trataremos de dilucidar las verdades y mentiras sobre quienes afirman que el medioevo no existió. Admito que me sentí tentado a titular esta columna: “La Edad Media no es real, son los papás”.

Dicho eso, comencemos.

La “teoría”

Según el diccionario, una teoría es “el conjunto organizado de ideas que explican un fenómeno, deducidas a partir de la observación, la experiencia o el razonamiento lógico.”

Por lo anterior, sería debatible que muchas “teorías de conspiración” realmente debieran usar el término y, en mi opinión, al menos, la palabra “hipótesis” sería un poco más apropiada. Sea como fuere, y habiendo dejado patente mi descontento frente a su semántica, quisiera ponerlos en contexto y hacer mi mejor esfuerzo por empaparlos de este oscuro planteamiento.

Para comenzar y ser justos, la hipótesis propuesta por Heribert Illig sólo pone en duda la existencia de la Edad Media Temprana. En específico un periodo de 297 años, comprendido entre los años 614 y 911 de nuestra era. ¡Lo cual tampoco es poca cosa!

Perdón, me exalté.

De esta manera, la totalidad del periodo Carolingio habría sido un mito urbano, ya que este aparentemente habría ocurrido entre los años 768 y 814. Convenientemente ubicado en el área fantasma de la historia que, según los defensores de esta postura, no existió.

¿Por qué alguien habría mentido sobre la Edad Media?

Esta es la primera pregunta que deberíamos plantearnos.

De haber existido un complejo plan de encubrimiento que hubiera fabricado siglos de historia humana, seguramente habría habido razones de peso.

Según Illig, los culpables de este despropósito histórico habrían sido el Emperador Otto III, el Papa Silvestre II y, posiblemente, el Emperador Constantino VII. Claro, nada bueno podía esperarse de ese trío de personajes. Pero… ¿Por qué?

Aparentemente habrían estado impulsados por el ansia de vivir en el año 1000 de la era común. Uno de los deseos más grandes que cualquiera podría tener, o eso pensó Illig. Pero en este punto nuestro trío favorito de conspiradores se enfrentaría a un problema rotundo… El problema de vivir alrededor del año 700, es decir, con una diferencia de unos tres siglos.

El problema, según esta hipótesis, no habría sido tan difícil de solucionar.

Sólo implicaba la creación de tres siglos ficticios, que propiciaran un deslizamiento de calendario suficiente para así poder vivir en el ansiado año 1000. Esto sería el más ambicioso ejemplo de pensamiento lateral que alguien habría hecho desde la invención del mismísimo calendario.

Los argumentos que “demuestran” que la Edad Media (Temprana) NO existió

Una buena teoría de conspiración debe tener fundamentos. Que sean sólidos o, bueno, fundamentados en la realidad, podría ser opcional, pero algún fundamento debe poder presentar.

Illig basó sus posturas en tres pilares. A continuación expondré dos de ellos, ya que el tercero se basa en complejísimas explicaciones de calendarios, que en última instancia caen ante el uso de la matemática básica, haciendo innecesario gastar de esa manera tu tiempo de lectura.

El primer pilar que soportaría este templo de la conspiranoia sería la escasés de evidencia arqueológica que claramente pueda ser datada entre el periodo de los años 614 y 911 d.C.

Por supuesto, de haber existido un periodo como este, debería haber dejado cientos de documentos, estructuras, creaciones y hasta residuos culturales, pero, ¡¿dónde están?!

La segunda gran evidencia es la presencia de arquitectura de inspiración Romana alrededor del siglo décimo. Esto podría sonar extraño a priori, pero piénsalo así: De haber existido la Edad Media Temprana, habría habido tres siglos extra de separación entre esta arquitectura y su inspiración Romana, sugiriendo entonces que esos tres siglos no existieron, y a su vez se explicaría esta arquitectura durante el (aparente) siglo décimo.

¿Es decir que la Edad Media (Temprana) en verdad NO existió?

De nuevo, sé lo que estás pensando.

Syntroth, ¡pero esos argumentos son contundentes! ¡Hemos sido engañados! ¡El Medioevo no existió!

Así que regresaremos a repasar ambos pilares argumentativos para verificar si tienen algún punto flojo.

Sobre la carencia de evidencia arqueológica en ese muy específico periodo de tiempo, podríamos refutarlo simplemente con… bueno, con LOS HECHOS. La realidad es que tal carencia no existe, ni por asomo. Hoy en día, con las pruebas de Carbono 14 u observando los surcos internos de los árboles, tenemos evidencia de sobra.

Es más, tenemos registros de observaciones astronómicas dentro del mismo periodo, que gracias a lo sumamente predecibles que son estos fenómenos, sabemos que sólo podrían haber ocurrido si esos tres siglos fueran reales.

Otro punto importante, que Illig pasó por alto, es la existencia de otras culturas distintas a las europeas. No sólo tenemos múltiples registros históricos de este periodo en europa, sino que lo tenemos también en China, India y otras zonas del mundo.

En cuanto a la inspiración arquitectónica, sólo nos bastaría salir a nuestras propias calles, en pleno siglo XXI, para entender que la influencia Romana ha subsistido por siglos sin mayor problema. No creo que haga falta comentar más sobre este punto.

En definitiva…

Las teorías de conspiración suponen un reto al pensamiento crítico.

Esto último puede ser irónico, pues la gran mayoría de ellas son promovidas como las verdades que se alzan frente a la masa no-pensante. Por la misma razón deben ser siempre analizadas y debatidas, para que no supongan dogmas iguales a los que esperan contrariar.

No con esto digo que cada teoría de conspiración existente sea necesariamente falsa. Pero sí digo que muchas, tal vez demasiadas, responden al deseo de reconocimiento intelectual, vistas en Youtube y ventas de libros, más que al de la real búsqueda de la verdad.

Yo creo en algunas, lo admito, que considero lo suficientemente bien fundamentadas y puede que en un futuro hable de ellas. Pero, si me preguntas si creo que la Edad Media Temprana fue un invento y no existió… Bueno… Sólo puedo decir que…

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