La partida de Pilato
“¿Qué es la verdad?” Dijo Pilato ”(Juan 18:38). Pilato le hizo esta clásica pregunta a Jesús durante su juicio. Dicha pregunta no resuena solo con Pilato: de hecho, personas a lo largo de miles de años se han preguntado lo mismo. ¿Qué es la verdad?, ¿Cuál es su naturaleza?, ¿Se puede conocer realmente?.
Si bien Jesús no respondió a la pregunta de Pilato durante su juicio, la naturaleza de ésta, ya se enseñó en el Evangelio de Juan de tres maneras. Primero, uno debe definir qué se entiende por verdad. “Aletheia” es el término griego que se traduce como verdad. Describe algo tal como existe en la realidad. Entonces, cuando Jesús o Juan la describen, están notando la realidad de su punto de referencia. Por tanto, el término aletheia sostiene que si existe y es cognoscible.
La verdad de Jesús desde la perspectiva de Juan
En segundo lugar, Jesús describe la naturaleza de ésta en todo el Evangelio de Juan. Jesús señaló que cualquiera que viviera de acuerdo con la verdad, deseando saber lo que era real, entraría a la luz de la gloria de Dios y su revelación para que Dios mostrara que sus obras se habían cumplido (Juan 3:21).
Lo anterior quiere decir que una persona que vive por la verdad reconoce la existencia de Dios y desea vivir para Dios. Jesús enseña que Dios desea que la gente lo adore en espíritu y en verdad (Juan 4:23). Jesús también enseñó que la verdad trae libertad (Juan 8:32). Jesús contrasta la veracidad de Dios con las mentiras del diablo (Juan 8:44). Al hacerlo, Jesús reconoce las leyes de la lógica al señalar que sí existe, que lo opuesto a ésta es una mentira y que algo no puede ser tanto verdadero como falso.
Más adelante, Jesús denota que él es el camino exclusivo a Dios porque él es el camino, la verdad y la vida (Juan 14: 6). Jesús también enseña sobre la naturaleza veraz del Espíritu Santo de Dios (Juan 14:17; 15:26; 16: 7, 13). Jesús ora para que el Padre santifique o aparte a sus hijos por su devoción a la verdad de Dios (Juan 17:17). Antes de la épica pregunta filosófica de Pilato, Jesús ya había notado que había venido a “dar testimonio de la verdad” (Juan 18:37) y que “todo el que es de la verdad escucha su voz” (Juan 18:37).
La verdad del Logos
En tercer lugar, Juan también reconoce la existencia de ésta en su epílogo inicial. Cuando habla del Logos (es decir, el “Verbo”), Juan nota cómo el Logos se hizo carne, es decir, la Sabiduría de Dios se convirtió en ser humano.
Como discípulo, Juan afirma que fue uno de los que observaron la gloria del Logos encarnado. También declaró que el Logos fue enviado por el Padre y estaba lleno de “gracia y verdad” (Juan 1:14). Juan reconoce que Jesús dijo siempre lo cierto en todo lo que hizo y dijo.
La ley de Moisés
Por otro lado, aunque Moisés dio la ley, la gracia y la verdad vinieron de Jesús (Juan 1:17). En la posdata del Evangelio, Juan o un editor del Evangelio señaló que Juan fue testigo de los acontecimientos de la vida de Cristo y que se verifica que su testimonio es verdadero.
Entonces, ¿qué podemos saber acerca de la verdad del Evangelio de Juan? Primero, encontramos que existe, que no es personal, pero es objetiva, es lo que existe en la realidad. Es la forma en que realmente son las cosas y la forma en que funcionan, es lo opuesto a una mentira, y algo no puede ser tanto verdadero como falso.
Finalmente, el Evangelio de Juan señala que la verdad conduce a la realidad de ciertas verdades teológicas: 1) la existencia de Dios, 2) una relación salvífica con Dios a través de Cristo, y 3) aspectos redentores y liberadores que provocan una vida transformadora.
Respondiendo a Pilato
Para responder a la pregunta de Pilato, la verdad se encuentra en una realidad trascendente, omnisciente, omnipotente y omnibenevolente conocida como Dios. Este Dios es la base de toda la verdad y toda la realidad. Porque sin Dios, nada de lo que existe, existiría (Juan 1: 3; Col. 1: 16-18; Heb. 2:10).
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