Promethea Alta Magia

El famoso escritor de cómics, Alan Moore, publicó en 1999 un completo tratado sobre magia. Sin embargo, lo disfrazó como un cómic. ¿Qué es Promethea? ¿Qué es la magia ceremonial?

Me alegra que lo preguntes, porque hoy hablaremos de esta pieza de culto del cómic moderno. Y, si aún no la lees, haré mi mejor esfuerzo por convencerte de hacerlo. ¿Podré lograrlo? Bueno, como siempre suelo decir, sólo hay una manera de estar seguros.

El Fuego de Promethea

Desde la Biblia hasta las mayores historias épicas, la humanidad siempre ha transmitido sus mensajes y enseñanzas importantes a través de la narrativa. Las historias son, de alguna manera, nuestra forma más directa de relacionar lo real con lo mental. Lo tangible con lo abstracto. 

Pero así como nuestras historias y enseñanzas evolucionan, lo hacen también los medios para transmitirlas. Uno de esos medios en el mundo moderno es también uno de mis favoritos, y algo de lo que más colecciono en la vida. Los cómics.

La mezcla inseparable del texto con las artes visuales en un cómic lo hace un medio como ninguno. Por la misma razón, un buen autor de este formato debe poder mezclar el símbolo ilustrado y el escrito. Pocos lo han logrado como una de las figuras más emblemáticas en esta industria. Alan Moore.

Hablar de Moore es hablar de cómics de autor. Muchos lo recuerdan por obras como Watchmen o V For Vendetta, pero Promethea es algo mucho más personal. Más íntimo. Para mí, es su Magnum Opus.

Así como Prometeo robó el fuego de los Dioses para traerlo a la humanidad, Moore intentó acercar algo de su gran conocimiento en la cábala, la espiritualidad y la magia, a sus lectores. Donde Watchmen era una crítica social y un desafío a nuestra concepción de los héroes, o V For Vendetta era una exaltación al cambio revolucionario, Promethea es fuego. El fuego de Prometeo. La Luz. El conocimiento.

Promethea Alquimia

Hablar de Promethea sin hablar de Promethea

Hoy no hablaremos de una Promethea. Hablaremos de dos. La obra y el personaje. Pero no te confundas, son más diferentes de como podría sonar. La relación entre ambas dista mucho de la de la mayoría de personajes en la literatura convencional. Pero primero, abordaremos la obra con este nombre.

Ya que pienso convencerte de darle una oportunidad, puedes tener tranquilidad. Esta es una reseña libre de spoilers y no entraré en mayores detalles de la historia.

Primero debemos aclarar que esta obra es todo menos tradicional. No está pensada siguiendo la estructura clásica que por décadas han tenido los cómics. En lo personal, la definiría como un híbrido entre una epopeya épica y un manual de instrucciones sobre temas espirituales.

La primera mitad de esta narración dual nos lleva a una historia apocalíptica. Es trepidante, inteligente, divertida y visualmente rica en simbología cabalística, hermética y mágica. La segunda mitad consta de diálogos y textos que, muy cuidadosamente, nos explican esta simbología.

Pero, así como la alquimia y otras escuelas similares lo han sugerido, la dualidad no es más que una interpretación limitada de la fenomenología a nuestro alrededor. No define al universo más allá de nuestra capacidad de observarlo, y encuentra su riqueza en su propia unión. De ahí que la trinidad sea un elemento tan sagrado en múltiples religiones, por ejemplo.

Puedes tocar aquí para encontrar mis recomendaciones literarias sobre este tema.

Basta decir que, de forma muy bien ejecutada, Moore expresa este mismo principio al mezclar, casi de forma imperceptible, ambas mitades de su narración, convirtiendo este cómic en un robusto manual de simbología, al tiempo que historia que fluye sin que lo anterior pueda restar a su ritmo.

Incluso su estructura narrativa es una enseñanza de los principios herméticos, en sí misma. Brillante.

Promethea como Personaje Meta-Textual

Dentro de esta obra de ficción existe Promethea, nuestra protagonista. Déjame hablarte de ella.

Imagina un personaje mitológico tan importante, tan culturalmente trascendente, que miles de personas creen en su existencia. Para ellos, este personaje es real. ¿Cómo podría no serlo? ¿Acaso un ser que nos transmite sensaciones, enseñanzas y sentimientos, podría no ser real? Si estás pensando en Matrix, o en la Biblia, lo estás haciendo bien. Por ahí va todo.

Este personaje, alimentado por las creencias humanas, siendo interpretado y reinterpretado por múltiples mentes, logra una trascendencia más allá de lo imaginable. Poco a poco, adquiere consciencia. Vida. Libertad.

Esta especie de supra-idea arquetípica comienza a aparecer en múltiples obras literarias a través de la historia de la humanidad. No puede ser contenida en una narrativa, y es cuando nuestro otro personaje importante, Sophie Bangs, inicia este cómic hablándonos de ella. Cada cierto tiempo se manifiesta, pues para existir sólo necesita que las personas sepan, y crean, en su existencia.

Promethea es un personaje de ficción incluso para los estándares de este mundo de ficción. Pero gracias a la delgada línea entre lo mental y lo tangible, ha logrado tomar una presencia física, corpórea, usando el cuerpo de Sophie. Este es el inicio de nuestra historia.

La complejidad de Promethea como protagonista radica en su naturaleza meta-narrativa. Es una alusión a la ficción dentro de la ficción, pero capaz de cambiar su mundo real, pues más que un personaje, es una idea. Alan Moore no escatimará un página en hablarnos de cómo las ideas pueden ser más reales de lo que pensamos.

Esto en sí mismo podría ser alegórico a nuestros dioses y leyendas. Tanto las antiguas como las modernas. Las creencias y su poder transformador real. Es hablar de las tres cosas que veremos a continuación.

Promethea Magia Ceremonial

Magia, Mitología y Super Héroes

He mencionado la magia un par de veces y es el momento de definir lo que Moore quiere hacernos entender con esto.

Si estás pensando en esferas de poder y rayos saliendo de báculos, tal vez no sea el mismo tipo de magia. Más que su representación en Harry Potter, a lo que el autor alude en este cómic es al concepto, estudiado por siglos, de la magia ceremonial, o alta magia.

Esta disciplina, o incluso escuela de pensamiento, intenta entender los métodos y las razones por las que la realidad física puede ser alterada desde la mente. Ya sea únicamente a nivel metafórico, desde nuestra percepción del mundo y cómo nos vemos reflejados en él, hasta su naturaleza práctica.

Por poco conocido que sea, y más allá de la mera superstición, ha habido grandes pensadores en la historia que lo han abordado de forma tan académica y rigurosa como es posible. Sobra decir que el rigor del método científico sería incapaz de aplicarse, por nuestra imposibilidad de medir apropiadamente estos fenómenos con nuestra tecnología actual, pero la elaboración de métodos estudiados y replicables, no ha cesado en siglos.

Alan Moore es un gran estudiante y practicante de esta corriente. Durante esta obra, entre líneas, nos muestra cómo la mitología ha trascendido y ha tomado formas que ignoramos generalmente. Los súper héroes son nuestro nuevo panteón olímpico y, creamos o no en la magia, es indudable que la mente sí puede alterar la realidad.

Las ideas siempre evolucionan, perduran, se comportan como seres vivos y ayudan a cambiar el mundo. Con o sin complejos rituales. ¿Qué otro nombre podría tener si no es magia?

El Estudio Mágico

La magia ceremonial postula que esta transformación no tiene por qué necesariamente limitarse a lo metafórico.

Si aceptamos que existen formas más allá de nuestra compresión científica para moldear lo tangible desde lo mental, deberíamos entonces aceptar que esos procesos podrían (y deberían) ser estudiados y replicados.

Que no tengamos la tecnología actualmente no debería ser un limitante para aceptar esta tesis. Después de todo, nuestra tecnología actual sería completamente imposible de entender para un humano de hace apenas un puñado de siglos. Las leyes naturales, aún si son ignoradas, siguen existiendo, y eventualmente podremos entenderlas.

Los seguidores de la alta magia, como Alan Moore, sostienen que no es necesario esperar. Las herramientas podrían ya existir y encontrarse a nuestro alcance, si estamos dispuestos a estudiarlas a profundidad.

Durante las páginas de este cómic se explora una de las mayores vertientes dentro de esta línea de pensamiento: La Cábala como la cartografía y gramática del universo.

Promethea Cábala Árbol de la Vida

El Árbol de la Vida y el Apocalipsis en Promethea

La Cábala es un complejo sistema místico y matemático que desde la perspectiva Judía intenta ser un riguroso estudio de la divinidad.

Por supuesto, entender algo tan grande como la divinidad no es tarea fácil, pero siglos de análisis de la naturaleza, tanto la externa como de la mente humana, derivaron en lo que hoy conocemos como Cábala y su Árbol de la Vida.

En Promethea se nos introduce a este concepto ligándolo a la finalidad misma de nuestra protagonista en esta historia: Desencadenar el Apocalipsis. ¿Qué tienen que ver ambas cosas? Vamos a verlo.

Para la Cábala, el Árbol de la Vida es un conjunto de esferas y senderos que, en esencia, representan nuestra comprensión de Dios y la naturaleza divina. Por supuesto, la explicación va mucho más allá de esto, y podría tomarnos años tratar de entenderlo en su totalidad, pero este cómic ofrece increíbles y ambiciosas descripciones al respecto.

Lo importante para entender su relación con la historia de Promethea es su naturaleza de viaje. Pues los senderos del Árbol marcan un camino. La Espada Flamígera. Un camino que va desde la materialidad hasta la divinidad. Desde lo carnal hasta lo espiritual. Del infierno al cielo, alguien podría decir. Yo no lo haría.

El Apocalipsis en Promethea no se trata del fin del mundo, sino de la unión del mundo material y el inmaterial en un nuevo espacio. Es decir, una nueva percepción de la realidad. No se basa en el nihilismo, sino en el más pacífico entendimiento. Se trata de un final utópico. De la trascendencia final.

Conclusiones: Promethea y la Relación entre la Magia y la Imaginación

Hay dos maneras de entender esta obra, que claramente actúa como un texto de instrucción sobre la magia, soportada en la narrativa de una historia muy atractiva.

La primera nos diría que hace alusión a la imaginación y su poder transformador en el mundo. De cómo, a través de nuestra percepción de la naturaleza y nuestra forma de entendernos a través de ella, podemos mejorarnos a nosotros mismos hasta encontrar la felicidad última.

La segunda sugeriría no sólo la existencia práctica de la magia ceremonial, sino que nos llevaría a un completo sistema práctico de cómo utilizarla, teniendo una finalidad idéntica a la de la anterior conclusión.

Creo que es justo ahí donde radica la brillantez de este cómic y de su autor. 

Promethea es un intento de racionalizar conceptos espirituales y esotéricos para el público general y, al final, permite que sea el lector quien defina la naturaleza misma de la obra que acaba de leer.

Espero haberte generado una inquietud, pues sembrar inquietudes vale más que aventurar respuestas. Si deseas darle una oportunidad a Promethea, puedo asegurarte que la disfrutarás tanto como yo lo hice.

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